El cuidado y almacenamiento adecuado de las fragancias es esencial para preservar su calidad y longevidad. Para empezar, las fragancias deben almacenarse lejos de la luz solar directa y fuentes de calor, como radiadores y ventanas. Las fragancias se descomponen más rápido cuando se exponen a temperaturas extremas, por lo que mantenerlas alejadas de la luz directa y el calor garantizará que mantengan su aroma y calidad.
Al almacenar fragancias, es importante mantenerlas en un lugar fresco y oscuro. Las fragancias deben guardarse en un recipiente o bolsa hermética para evitar que las moléculas aromáticas se evaporen. Además, evita almacenar fragancias en un baño, ya que el vapor de las duchas y baños puede alterar el aroma de la fragancia.
Al trasladar tu perfume favorito de un lugar a otro, es importante tomar precauciones para asegurarse de que estas no se dañen ni se vean afectadas de ninguna manera. Primero, es mejor almacenar las fragancias en recipientes o bolsas herméticas para protegerlas del aire, la luz y la humedad. Esto también evita fugas. En segundo lugar, es importante envolver las fragancias en plástico de burbujas, papel de embalaje o esponjas acolchadas para evitar que choquen entre sí o con otros objetos.
Al abrir una fragancia, claro que es importante tomarse su tiempo y apreciar su aroma. Primero, es importante quitar cualquier empaque y quitar el tapón de la botella. Luego, debe sostener la botella con el brazo extendido y rociarla ligeramente sobre su piel o ropa. Asegúrese de evitar rociarlo directamente sobre su cara u otras áreas sensibles. Una o dos aplicaciones deben de ser suficientes, esto para no abrumar nuestro entorno, luego, tómese unos minutos no solo para disfrutar de la fragancia sino para que esta se atenué en el lugar rociado, recordemos que una fragancia debe ser más íntima y solo aquellos que entren en nuestro espacio de confianza deben percibirla y disfrutarla.
